Thursday, March 16, 2006

Y el siguiente es Guatemala: Tierra y libertad en Latinoamérica

Y el siguiente es Guatemala: Tierra y libertad en Latinoamérica
 
 
Miguel Ángel Lombardo
Politólogo. dea en Conflicto Político y Procesos de Pacificación
Universidad Complutense de Madrid.
Ha sido representante en Guatemala de la ong española Solidaridad Internacional.

http://www.fundadesc.org/InformeG/index.htm

 
 
La victoria de Evo Morales en las elecciones presidenciales de Bolivia supone un serio golpe para la estrategia de eeuu en la región, especialmente para la consolidación del alca y el establecimiento de una zona de influencia económica que desde la iv Cumbre de las Américas ya tenía visos de quedar limitada a una serie de acuerdos bilaterales. Frente a la agenda de seguridad y democracia ideada por eeuu, Latinoamérica está imponiendo por la vía de los hechos la agenda de desarrollo e integración, y para que ésta triunfe es necesario asegurar un proyecto económico que pasa por controlar también los recursos naturales.
 
Las primeras experiencias democráticas latinoamericanas fueron interrumpidas y sustituidas por una alianza de las elites agrarias y financieras y los militares que se extendió durante décadas controlando el Estado. Amparado por distintas administraciones en eeuu, los regímenes autoritarios comenzaron a enseñar su cara más sanguinaria en la década de los 80, lo que coincidió en algunos casos con la crisis del modelo económico de sustitución de importaciones. Al cambio económico debía acompañar un cambio político que se produce con la tercera ola de las democratizaciones.
 
La extensión de la participación política ha tenido muchos efectos, entre otros la reaparición de forma pacífica y democrática de los problemas latentes no resueltos que causaron un día las guerras y las revoluciones: la reforma agraria –que incluye las reivindicaciones históricas sobre la propiedad de la tierra y la explotación de los recursos naturales-  y la construcción de una identidad nacional que sea más amplia que la definida de manera excluyente por las elites criollas, y que sirvió de base para el desarrollo de un sistema económico que se basaba en la inversión extranjera y el sometimiento de la población indígena.
 
A pesar de la desconfianza que genera cualquier liderazgo personalista, lo cierto es que el petróleo venezolano, que antes iba a unas pocas manos en un sistema de reparto partidario establecido entre ad y copei, en la actualidad está liderando un proyecto político regional que planta cara al alca, otorga al mercosur el impulso que necesitaba, da pasos de gigante en la consolidación del alba, y puede financiar cualquier alternativa política en la región.
 
En Chiapas, en Bolivia, en Venezuela, en las minas de oro de San Marcos, Guatemala… lo que está en juego es el control de los recursos naturales, el uso de la tierra. Evo Morales lo ha dicho claramente: comienza “la lucha por los recursos naturales para cambiar nuestra historia” y además hace un llamado a los movimientos sociales y políticos de Latinoamérica para reconstruir “la patria grande” imaginada por Simón Bolívar y el “Tawantinsuyu” del imperio Inca. La revolución del Che no triunfó en Bolivia pero la historia ahora ha dado un giro que los victimarios no habían previsto.
 
Pero además, la victoria de Evo Morales es un duro golpe para los líderes blancos que siempre pensaron que la patria era sólo criolla. Los partidos de notables, las reformas institucionales y el modelo económico neoliberal implementado tras el consenso de Washington no lograron alcanzar el grueso del asunto: la reforma de la sociedad y la participación de los excluidos.
 
Mujeres e indígenas empiezan a hacer valer la voz que antes era inaudible. Lourdes Flores en Perú, Rigoberta Menchú que está en segundo lugar en intención de voto en Guatemala después de Álvaro Colom, Bachelet en Chile, o el propio Evo Morales en Bolivia, ¿acaso no representan una evolución y consolidación de alternativas con nuevos rostros? El nuevo liderazgo social está desarrollándose, pero curiosamente en muchos casos en la tangente de los partidos políticos.
 
Los partidos políticos no evolucionaron. En la izquierda crearon estructuras cerradas (incluso a la participación de la mujer) que buscaban mantener una cuota de poder y no supieron articular su nueva relación con los movimientos sociales. Pero el impulso de la consolidación democrática, la posibilidad de votar y de mantener cuotas de poder activas en la sociedad civil, hace que muchos de estos movimientos estén alcanzando una base social de apoyo distinta a la tradicional.
 
A eeuu, y a los empresarios latinoamericanos que quieren hacer negocio de la política, le tocaría ahora abanderar proyectos menos teñidos de tierra y libertad, como el de Álvaro Colom en Guatemala, al fin y al cabo empresario también, con un discurso más moderado que lo que representaría Rigoberta Menchú al frente de una identidad nacional indígena. El gobierno de Óscar Berger en Guatemala, como el de muchos otros empresarios centroamericanos, ha llegado a su fin en un país donde, como en Bolivia, más del 60% de su población vive en la pobreza, una pobreza que tiene rostro indígena y que vive sobre una gran riqueza de materias primas.
 
Más allá de preguntarnos si el continente se tiñe políticamente de color rojo, blanco o azul, tratemos de comprender las cosas desde otros parámetros. ¿Qué pasará cuando el oro, el petróleo y el gas natural estén realmente en manos de intereses nacionales? Preguntémonos qué significan Menchú, Morales, Marcos, Chávez, Lula o tantos otros líderes. ¿Estridencias del sistema? ¿Elementos que se han introducido  ante el descuido de eeuu que esta vez (por suerte) no respondió como en Guatemala en 1954 o en Chile en 1973?
 
Algo más profundo está ocurriendo en Latinoamérica y no tiene que ver con las coyunturas geopolíticas particulares sino más bien con una transformación estructural de los fundamentos del Estado. Un nuevo paradigma en el que los excluidos están llamados a cumplir un rol distinto al de la masa explotada que sustenta el modelo económico criollo que otrora fue el eje de la identidad nacional. Las expectativas y el desafío es tan grande que necesitan más ayuda de la que pueda venir del cielo: aquí hay una estrategia interesante para un nuevo modelo europeo de cooperación internacional.


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