HACIA LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE GUATEMALA
HACIA LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE GUATEMALA
New York, 7 de noviembre de 2006. Culminó hoy el proceso para elegir al representante de América Latina y el Caribe en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Luego de que Guatemala y Venezuela disputaran durante varias semanas el escaño (47 votaciones, sin que ninguno de los dos llegara a los 128 votos necesarios), ambos países retiraron sus candidaturas, para apoyar a Panamá. Esta decisión fue avalada por el Grupo de América Latina y el Caribe (GRULAC) y aprobada por la Asamblea General en su sesión ordinaria de esta mañana.
Como es sabido, la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG), con el repaldo de la Asociación Verdad, Memoria y Justicia, el Frente Nacional de Lucha (FNL) y el Movimiento Político y Social de las Izquierdas (MPSI), lanzó la campaña “Por la Dignidad Nacional”, para oponerse a la elección de Guatemala al Consejo de Seguridad. Podemos decir, con sobriedad, que el primer objetivo de dicha campaña se logró, si bien la contribución de la RPDG a dicho logro fue tan solo uno de los múltiples factores que llevaron a la decisión. Lo que sí podemos afirmar es que, aun enfrentando la crítica de sectores poderosos e interesados de Guatemala, realizamos un trabajo intenso, serio, transparente y respetuoso. Agradecemos por este medio a todas las personas y entidades que firmaron el Manifiesto por la Dignidad Nacional y que nos dieron su muy valioso apoyo.
La Campaña por la Dignidad Nacional tiene, sin embargo, un segundo gran objetivo: la democratización de la política exterior de Guatemala. Si bien la Constitución de la República le asigna al Poder Ejecutivo la dirección de la política exterior, no le atribuye la formulación de la misma. Éste es un atributo que radica en el pueblo soberano de nuestro país. Desde luego, esto nunca se ha hecho, salvo en el caso de los tratados internacionales y otras decisiones que pasan por la ratificación del Congreso de la República, muchas veces ignorante del contenido de la decisión y casi siempre sin idea de lo que la voluntad popular a ese respecto podría ser. Sirva como ejemplo la aprobación y ratificación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana, opuesto por el movimiento social de Guatemala y empujado, en forma abierta e impositiva, por la Embajada de los Estados Unidos en nuestro país.
Por estas razones, instamos al Gobierno de la República, particularmente al Presidente Óscar Berger y al Ministro de Relaciones Exteriores Gert Rosenthal, a que establezca y utilice un mecanismo de consulta con la sociedad civil guatemalteca, que permita definir una politica exterior acorde con los mejores intereses de nuestra nación. Eso permitirá lograr uno de los objetivos del Ministro Rosenthal, que es cambiar lo que ha sido nuestra política exterior actual, que es aldeana, chata y opaca; definir claramente la imagen que nuestro país quiere proyectar al mundo, independientemente del gobierno de turno; y, muy importante, resistir las presiones de países poderosos para actuar en una u otra dirección. De haber tenido definida esta política exterior, quizás Guatemala habría logrado el puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pretendía. En todo caso, cuando como país lleguemos a tener esa oportunidad, debe ser para el ejercicio pleno de nuestra soberanía.
Por todo lo anterior, confiamos en que, antes de las próximas elecciones en septiembre de 2007, podamos lograr, por primera vez desde 1954, una política exterior que se corresponda con los mejores intereses del pueblo de Guatemala. Democratización no es una palabra bonita en los discursos internos y externos; es, más bien, una práctica necesaria para transformar a nuestro país. Urge un proceso democrático para definir nuestra política exterior y éste es un momento justo para iniciarlo. Como RPDG, estaremos dispuestos a participar, plenamente, en el mismo.
Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG)
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New York, 7 de noviembre de 2006. Culminó hoy el proceso para elegir al representante de América Latina y el Caribe en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Luego de que Guatemala y Venezuela disputaran durante varias semanas el escaño (47 votaciones, sin que ninguno de los dos llegara a los 128 votos necesarios), ambos países retiraron sus candidaturas, para apoyar a Panamá. Esta decisión fue avalada por el Grupo de América Latina y el Caribe (GRULAC) y aprobada por la Asamblea General en su sesión ordinaria de esta mañana.
Como es sabido, la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG), con el repaldo de la Asociación Verdad, Memoria y Justicia, el Frente Nacional de Lucha (FNL) y el Movimiento Político y Social de las Izquierdas (MPSI), lanzó la campaña “Por la Dignidad Nacional”, para oponerse a la elección de Guatemala al Consejo de Seguridad. Podemos decir, con sobriedad, que el primer objetivo de dicha campaña se logró, si bien la contribución de la RPDG a dicho logro fue tan solo uno de los múltiples factores que llevaron a la decisión. Lo que sí podemos afirmar es que, aun enfrentando la crítica de sectores poderosos e interesados de Guatemala, realizamos un trabajo intenso, serio, transparente y respetuoso. Agradecemos por este medio a todas las personas y entidades que firmaron el Manifiesto por la Dignidad Nacional y que nos dieron su muy valioso apoyo.
La Campaña por la Dignidad Nacional tiene, sin embargo, un segundo gran objetivo: la democratización de la política exterior de Guatemala. Si bien la Constitución de la República le asigna al Poder Ejecutivo la dirección de la política exterior, no le atribuye la formulación de la misma. Éste es un atributo que radica en el pueblo soberano de nuestro país. Desde luego, esto nunca se ha hecho, salvo en el caso de los tratados internacionales y otras decisiones que pasan por la ratificación del Congreso de la República, muchas veces ignorante del contenido de la decisión y casi siempre sin idea de lo que la voluntad popular a ese respecto podría ser. Sirva como ejemplo la aprobación y ratificación del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana, opuesto por el movimiento social de Guatemala y empujado, en forma abierta e impositiva, por la Embajada de los Estados Unidos en nuestro país.
Por estas razones, instamos al Gobierno de la República, particularmente al Presidente Óscar Berger y al Ministro de Relaciones Exteriores Gert Rosenthal, a que establezca y utilice un mecanismo de consulta con la sociedad civil guatemalteca, que permita definir una politica exterior acorde con los mejores intereses de nuestra nación. Eso permitirá lograr uno de los objetivos del Ministro Rosenthal, que es cambiar lo que ha sido nuestra política exterior actual, que es aldeana, chata y opaca; definir claramente la imagen que nuestro país quiere proyectar al mundo, independientemente del gobierno de turno; y, muy importante, resistir las presiones de países poderosos para actuar en una u otra dirección. De haber tenido definida esta política exterior, quizás Guatemala habría logrado el puesto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que pretendía. En todo caso, cuando como país lleguemos a tener esa oportunidad, debe ser para el ejercicio pleno de nuestra soberanía.
Por todo lo anterior, confiamos en que, antes de las próximas elecciones en septiembre de 2007, podamos lograr, por primera vez desde 1954, una política exterior que se corresponda con los mejores intereses del pueblo de Guatemala. Democratización no es una palabra bonita en los discursos internos y externos; es, más bien, una práctica necesaria para transformar a nuestro país. Urge un proceso democrático para definir nuestra política exterior y éste es un momento justo para iniciarlo. Como RPDG, estaremos dispuestos a participar, plenamente, en el mismo.
Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG)
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posted by Red por la Paz y Desarrollo de Guatemala at 1:51 PM
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